La importancia de tratar el agua: Beneficios para la salud y más

El tratamiento del agua es una práctica fundamental para asegurar la calidad del recurso hídrico que consumimos. Pero, ¿por qué es tan importante tratar el agua y qué beneficios nos aporta? A continuación, exploramos las principales razones y los numerosos beneficios que obtenemos al asegurar que el agua esté libre de contaminantes.

El tratamiento del agua es esencial para proteger nuestra salud. El agua contaminada puede causar una variedad de problemas de salud, incluyendo: 

• Problemas estomacales: Bacterias y parásitos en el agua pueden provocar enfermedades gastrointestinales.
• Problemas de piel: El agua contaminada puede causar irritaciones y enfermedades dermatológicas.
• Afecciones en órganos internos: Contaminantes específicos pueden afectar el funcionamiento del hígado, páncreas, esófago, entre otros órganos. 

Al tratar el agua, evitamos la ingesta de contaminantes que pueden provocar estas y otras afecciones, asegurando un cuidado integral de la salud. 

1. Mejor cuidado de la salud
El consumo de agua tratada reduce significativamente el riesgo de enfermedades. Al eliminar patógenos y contaminantes químicos, se protege la salud gastrointestinal y dermatológica, así como la de otros órganos vitales.

2. Higiene personal

El agua tratada mejora la higiene personal. No es lo mismo bañarse con agua dura que con agua tratada. El agua limpia y libre de impurezas asegura una mejor salud de la piel y el cabello. 

3. Calidad del agua consumida 
El tratamiento del agua fomenta la ingesta de agua pura, con menor cantidad de contaminantes. Esto es crucial para mantener una buena salud y bienestar general. 
4. Ahorro económico 
El uso de agua tratada puede resultar en ahorro económico, especialmente en industrias y sistemas que dependen del agua. Equipos que utilizan agua pura tienen una vida útil más larga y requieren menos mantenimiento. 
5. Prolongación de la vida útil de equipos 
En industrias como la alimenticia, farmacéutica y en sistemas de calefacción de agua y calderas, el uso de agua tratada es esencial. Equipos que operan con agua pura sufren menos desgaste y fallas, lo que prolonga su vida útil y reduce costos operativos. 

El agua posee características físicas, químicas y bacteriológicas que se deben modificar o acondicionar para garantizar su calidad. 

Estas son las propiedades que podemos detectar con nuestros sentidos: 

• Turbidez: Agua turbia no es clara y su aspecto es borroso.
• Color: El agua debe ser transparente. Colores como amarillo, verde o rojo indican contaminación.

Para mejorar estas características, se utilizan diversos métodos de filtración: 

• Medias filtrantes: Utilizadas para retirar sólidos suspendidos como hojas, piedritas y cabello en piscinas. Algunos ejemplos son zeolita, antracita, arena sílice y vidrio molido.
• Cartuchos de filtración: Sistemas compactos que retienen sólidos en menor espacio, ideales para uso doméstico e industrial.
• Cartuchos de filtración y adsorción: Usados para eliminar malos olores, sabores y colores mediante carbón activado. 

Estas se refieren a la composición química del agua, incluyendo la presencia de minerales y contaminantes químicos. La eliminación de estos elementos puede requerir medios filtrantes especiales como la resina catiónica  que a través de un proceso iónico intercambia el calcio y magnesio por iones de sodio para eliminar la dureza del agua.

Estas características se centran en la presencia de microorganismos patógenos. El tratamiento bacteriológico asegura la eliminación de bacterias, virus y parásitos que pueden causar enfermedades. 

En conclusión, el tratamiento del agua es crucial para mantener nuestra salud y asegurar la calidad de vida. Desde reducir riesgos de enfermedades hasta mejorar la higiene personal y prolongar la vida útil de equipos industriales, los beneficios son numerosos. Al comprender y aplicar las diversas técnicas de tratamiento, garantizamos que el agua que consumimos y utilizamos sea segura y de alta calidad.